DEPORTES MANIEL
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En una noche que empezó con errores, tensión y un marcador adverso, los Dodgers encontraron la manera de seguir invictos. Shohei Ohtani, en su esperada noche de bobblehead, firmó el desenlace soñado: un jonrón de oro en la novena entrada que selló la victoria 6-5 ante los Bravos y colocó a Los Ángeles en los libros de historia como el primer campeón defensor de la Serie Mundial que inicia una temporada con marca de 8-0.
Pero el camino a esa victoria fue cualquier cosa menos perfecto.
En los dos primeros innings, los Dodgers lucieron irreconocibles. Max Muncy cometió dos errores costosos que abrieron la puerta a cinco carreras sucias para Atlanta. El abridor Blake Snell tampoco estuvo fino: en apenas cuatro entradas otorgó cuatro boletos, permitió cinco hits y luchó con su comando todo el tiempo.
La defensa tampoco ayudó. El joven Andy Pages dejó caer un elevado en el jardín central que aumentó el caos temprano. Los Bravos, urgidos por una victoria tras comenzar 0-6, aprovecharon cada error y se fueron arriba 5-0.
Pero este equipo de los Dodgers ha demostrado que tiene alma de guerrero. La ofensiva comenzó a descontar con un jonrón de Tommy Edman en el segundo inning y otro de Michael Conforto en el cuarto. Sin embargo, las oportunidades desaprovechadas seguían acumulándose.
Fue en la octava cuando el juego dio un giro. Con un out y hombre en base, el dirigente de Atlanta, Brian Snitker, trajo a su cerrador Raisel Iglesias en busca de un salvamento de cinco outs. Pero el plan falló. Una base por bolas a Will Smith, un rodado de Edman y luego un doble de Muncy (quien dejó a un lado su bate “torpedo” y volvió al de confianza) empataron el juego 5-5.
Y entonces, el Dodger Stadium se levantó. Ohtani, que había sido ovacionado desde que puso un pie en el campo, se paró en el plato con el marcador igualado. Era su momento. Conectó profundo hacia el jardín derecho y la explosión fue total: walk-off y euforia en su noche especial.
“Cuando le tocó batear, todos sabíamos lo que iba a pasar”, dijo Snell. “Es simplemente lo que él hace”.
“Es el mejor jugador del béisbol”, sentenció Austin Riley, antesalista de los Bravos.
El mánager Dave Roberts, a pesar de la victoria, no se guardó críticas: “Fue el peor juego que hemos jugado… y aún así ganamos. No teníamos derecho a ganarlo, pero estos muchachos nunca dejan de pelear”.
Los Dodgers han tenido que remontar en seis de sus ocho triunfos. Lo han hecho sin su plantilla completa: Freddie Freeman se perdió la serie completa tras resbalarse en la ducha y Mookie Betts también ha estado fuera.
Pero con Ohtani como rostro de esta nueva era, y un grupo que se rehúsa a perder, los Dodgers no solo están ganando… están construyendo una narrativa de equipo inolvidable.
El intento de un 162-0 sigue en pie. Irreal, sí. Pero ¿quién se atreve ahora a apostar en su contra?
