
La NBA volvió con todo su esplendor en Oklahoma City. Frente a un Paycom Center encendido por la emoción del campeonato reciente, los Thunder celebraron su anillo, levantaron el nuevo estandarte y derrotaron en doble tiempo extra a un viejo conocido: Kevin Durant, ahora vestido con los colores de los Houston Rockets.
El héroe de la noche fue, una vez más, Shai Gilgeous-Alexander, quien demostró por qué es el MVP reinante. Tras un inicio discreto, terminó con 35 puntos, incluyendo los dos tiros libres decisivos a 2.3 segundos del final para sellar el triunfo 125-124. Durant cometió su sexta falta en esa jugada y fue despedido con abucheos ensordecedores, recordando la herida que aún vive entre los fanáticos de OKC desde su salida en 2016 rumbo a Golden State.
A pesar de la derrota, Durant firmó 23 puntos y 9 rebotes, mientras Alperen Sengun fue la gran figura de Houston con 39 puntos y 11 rebotes, cargando al equipo hasta el límite. Por los Thunder, Chet Holmgren brilló con 28 unidades y fue clave en ambos costados de la cancha.
El partido tuvo de todo: drama, historia y revancha emocional. En una noche que marcó el inicio oficial de la defensa del título, los Thunder volvieron a demostrar que son el nuevo poder del Oeste, y que con Shai al mando, el futuro sigue siendo suyo.
Oklahoma celebró un anillo, una victoria y, sobre todo, el presente glorioso de una franquicia que ya no teme a sus fantasmas.
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