DEPORTES MANIEL
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En una noche épica para el fútbol de Nueva York, el arquero Carlos Coronel se consolidó como la figura de los Red Bulls al detener tres disparos consecutivos en una dramática tanda de penales, sellando la victoria sobre el Columbus Crew, el campeón defensor de la MLS, y asegurando el pase a la siguiente ronda de los playoffs de la Conferencia Este. Daniel Edelman fue el encargado de ejecutar el penal decisivo en la séptima ronda, desatando la euforia en el Red Bull Arena tras una jornada llena de tensión.
El partido, que terminó 2-2 en tiempo reglamentario, dejó a los aficionados al borde de sus asientos. Columbus, el ganador del año pasado, llegaba como el favorito y con una temporada regular impresionante, donde rompió récords de goles y puntos en la liga. Sin embargo, los Red Bulls, clasificados en el séptimo lugar, demostraron una vez más que en los playoffs, el corazón y la determinación pueden cambiar cualquier pronóstico.
Durante el encuentro, el Crew dominó la primera mitad, incluso estrellando dos disparos en el poste en una ráfaga de oportunidades en el minuto 40. Max Arfsten abrió el marcador en el minuto 55, pero Dante Vanzeir igualó rápidamente para Nueva York tras una brillante asistencia de Emil Forsberg. Forsberg, quien luego anotó desde el punto de penalti, adelantó a los Red Bulls, aunque Columbus igualó al final con un gol de Christian Ramírez en el tiempo añadido, llevando el duelo a la definición desde los doce pasos.
En la tanda de penales, Coronel se transformó en el héroe al detener los últimos tres disparos de Columbus, asegurando una victoria histórica para Nueva York. Con este triunfo, los Red Bulls eliminan al campeón defensor y avanzan a las semifinales llenos de confianza y con la esperanza de alcanzar la ansiada MLS Cup.
Al final de la jornada, Coronel no solo celebró sus impresionantes atajadas, sino que también compartió un mensaje especial con el público. Bajo su jersey, el arquero llevaba una camiseta con la frase “All glory to God” (“Toda la gloria para Dios”), y en cada atajada decisiva levantaba su camiseta para mostrarla a la afición. Coronel, consciente de la magnitud del momento, dejó claro que su éxito en la cancha era un reflejo de su fe y gratitud, ofreciendo a los presentes en el Red Bull Arena una imagen inspiradora de devoción y humildad.
