
El nuevo aire de los Chicago Bulls empieza a sentirse. Con un juego ordenado y un banquillo encendido, el equipo de la Ciudad del Viento venció 110-98 a los Orlando Magic, firmando un inicio de temporada perfecto (2-0) y enviando un mensaje claro: esta versión tiene profundidad y carácter.
Josh Giddey fue la brújula del encuentro con 21 puntos y 8 rebotes, dominando los ritmos y manteniendo a los Bulls siempre en control. Pero lo que realmente marcó la diferencia fue la energía de los suplentes: Jalen Smith (16 puntos), Ayo Dosunmu (15) y Nikola Vucevic (15) aportaron equilibrio, intensidad y puntos en los momentos clave.
Chicago entró al último cuarto apenas tres puntos arriba (83-80), pero Dosunmu decidió cerrarlo con fuego. Encestó tres triples consecutivos que rompieron el ritmo de Orlando y abrieron la brecha definitiva. Smith acompañó con otro bombazo, y a partir de ahí el duelo quedó sentenciado.
Del lado de los Magic, Paolo Banchero fue el único que resistió con 24 puntos y 10 rebotes, aunque su efectividad fue baja (7 de 21). Orlando simplemente no encontró el aro: solo anotó 3 de 24 triples (12.5%) y terminó con un pobre 39% de campo, una estadística que explica el desenlace. Ni los 19 puntos de Anthony Black ni los 17 de Franz Wagner fueron suficientes para cambiar la historia.
La defensa de Chicago forzó tiros incómodos, y su segunda unidad volvió a brillar, mostrando que hay más opciones de las que se esperaban en este nuevo proyecto. Dos partidos, dos victorias, y una sensación que empieza a crecer: los Bulls están construyendo algo serio.
DEPORTES MANIEL